En un blog anterior vimos qué era y de dónde vienen los micromachismos, puedes leerlo aquí
Ahora vamos a hablar sobre cómo identificar esas actitudes tan comunes, que las tomamos como cosas sin importancia o exageraciones
cuando alguien dice que eso, si eso, es MACHISMO!!
Aunque la lista es inmensa y con los ejemplos podemos llenar miles de páginas, ahora nos avocaremos a algunas cosas como:
Micromachismos en la casa y la crianza
Son cosas que parecen muy básicas y que de seguro hemos vivido en algún momento de nuestras vidas, lo hayamos notado o no. por el ejemplo el que de la inmensa paleta de colores que existen solo se usen dos para referirse a las infancias, porque los niños son azules y las niñas son rosa; pecado capital combinar colores, no?
En la misma línea se nos enseña que debemos ayudar a mamá en casa, para ser buenos hijxs, pero acaso no vivimos en esa casa y tenemos responsabilidades sobre ella, esto también pasa para esos «super esposos» que recogen su plato una vez al año y son considerados los mejores partidos por «apoyar» en las labores de la casa. Si es que no tienen manos y pies para encargarse de cocinar, lavar, hacer mercado y todo lo demás. Y quienes lo hacen son unos pisados o unos sacos largos, que se dejan «mandonear» por su mujer. porque macho que se respeta se sienta a la mesa a esperar que le sirvan. Suena ridículo, no?… Imagino vivirlo 24/7 y enseñárselo a las infancias con las que convives.
Otra cuestión que se puso muy de moda por estar en la onda de la «igualdad» fue hacer baños para niñxs, pero la verdad es que cuando un hombre entra, si es que se atreve a asumir su co – paternidad de forma responsable, todas las personas lo mirarán mal y pensarán, donde esta esa mamá que no se encarga de sus hijxs. Al igual que encontrar los cambiadores de bebe o los pañaleros SOLO en los baños de mujeres, acaso cambiar un pañal implica una formula matemática o un procedimiento nivel NASA que solo las mujeres podemos hacer?
Micromachismos en la calle o el espacio público
La calle, los paraderos y en general todo espacio donde te encuentres con otras personas puedes considerarse como espacio público; un lugar donde se supone todas las personas podemos caminar sin miedo a que nos insulten, golpeen, nos acose, pero eso sería en un mundo ideal. Y también es un lugar donde los micromachismos están a flor de piel, sino como se explica que los hombres sientan la necesidad de ceder el asiento a una mujer o que se nieguen a pasar si es una mujer la que le da el pase, por ser «caballerosos»; esto en realidad esconde que la mujer es inferior y por tanto requiere un trato diferente y más «delicado».
Los famosos «piropos» que tenemos que aguantar por parte de uno o varios tipos, porque según ellos están «admirando la belleza femenina», pero en realidad están tomando tu imagen como parte del paisaje y por tanto se sienten con derecho o poder a opinar sin que lo solicites, te moleste o no. Porque el estar sola es estar «disponible» y obvio nunca faltan los «tan bonita y sin novio», «porque tan solita», «te acompaño, es peligroso que estés sola».
Pero no solo está el acoso callejero y sus miles de formas, también están los ejemplos como el darle la cuenta o darle la información «al hombre»; a pesar que sea una ella o un elle el que este haciendo la compra, consulta o lo que sea. Y es que esto es aún más evidente en los espacios que se entienden como masculinos, como los talleres de auto y demás.
Micromachismos en el trabajo o la universidad
Uno de los grandes problemas a los que una mujer se enfrenta en estos espacios es el cuestionamiento de sus habilidades, porque un hombre lo hace mejor, porque es muy difícil o pesado para que lo haga, porque su maternidad (existente o «futura») se interpone o lo que es aún peor, el realizar las mismas labores y que no se reconozca el mismo esfuerzo reflejado en las mismas recompensas.
El ponerle diferentes nombres a las mismas funciones, dando mayor importancia a los nombres rimbombantes; el tener un uniforme de trabajo que consista de tacos y maquillaje para quienes se les considera «ella»; el que hayan carreras masculinas y por ende debes «comportarte» a la altura de la situación. O cosas más naturalizadas como el mansplaining, cuando un hombre siente que debe callar a una persona, en su mayoría mujer, para explicar las cosas de mejor manera; porque tiene más capacidades o conocimiento.
Micromachismos en la pareja
Aunque el ámbito de las relaciones sexo afectivas es amplio y muy variado, en esta oportunidad nos vamos a centrar en las parejas (ósea, conformadas por dos personas) y aunque nos estemos refiriendo en su mayoría a hombres y mujeres, esto
no seas exagerada
confío en ti, pero no en el resto
te he dado motivos para desconfiar
te vas a vestir así, luego andas provocando
criticarte si no te depilas en el sexo
Micromachismo en las relaciones personales (amistades, familia, etc)
las amistades entre hombres y mujeres no existen
La “friend zone”
imponer el saludo de beso
obligar a las niñas a saludar de beso y a los niños a dar la mano
criticar el aspecto, vestir o actitud de una mujer
culpar a la chica por los «me gusta» de tu enamorado
criticarte si no te depilas
“Así no se comporta una señorita”
Micromachismos en el lenguaje
Ausencia del lenguaje inclusivo
señorita o señora
eres una nena, corres como niña, etc
yo lo hago mejor, no eres tan buena, eso es para hombres
eres una histérica, estas en tus días, estas exagerando
FUENTES:
https://www.lavanguardia.com/vida/junior-report/20180307/441319821778/machismo-micromachismos.html