¿Qué situaciones y factores intervienen para que una adolescente salga embarazada sin desearlo? ¿En qué puede contribuir la educación sexual para evitar esto?
En esta sección se presentará información sobre la situación de la maternidad y del embarazo en adolescentes en Latinoamérica y el Perú, tomando en cuenta sus características y tendencias, las consecuencias que de acuerdo a los estudios acarrea la maternidad en esta etapa de la vida, y finalmente los enfoques de algunos programas de intervención, haciendo énfasis en el rol adjudicado a la educación sexual.
La maternidad en la adolescencia, y en general la sexualidad de los adolescentes, es un tema que se investiga desde hace 40 años, y cuya discusión aún permanece abierta y vigente. En la actualidad, la “maternidad adolescente” es considerada un problema de salud pública, alrededor del cual existe un debate bastante extendido sobre las aproximaciones conceptuales e ideológicas que tiene el asumir que el embarazo en menores de 20 años constituye un asunto que debe ser prevenido de manera sistemática por los Estados.
Las investigaciones han dado cuenta de la poca información que cuentan los jóvenes acerca de la sexualidad, la reproducción, las maneras de evitar un embarazo no deseado o de protegerse de una infección de transmisión sexual, así como de la presencia de barreras y dificultades para adoptar medidas y métodos de prevención. De la misma manera, los estudios revelan en los países una profunda brecha en el acceso y ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos de esta población, y en general de su ciudadanía
Sin embargo, muchos de los estudios sobre el tema caen en generalizaciones sobre la adolescencia, asumiendo rasgos únicos para una etapa de la vida que es vivida de manera diversa de acuerdo al contexto social y cultural en el que se ubiquen los/as jóvenes. Por otro lado, en los estudios se termina asumiendo la sexualidad y la maternidad en la adolescencia desde un enfoque negativo (centrado en el “riesgo”), bajo el cual un embarazo a esa edad produciría una serie de graves consecuencias en las/os jóvenes (deserción escolar, vulnerabilidad social, problemas de salud, propensión a la reproducción de la pobreza).
La fecundidad alta en adolescentes se puede entender a partir de dos determinantes amplios:
a) La reticencia institucional (sociedad y familia) para reconocer a los/as adolescentes como sujetos sexualmente activos, porque producto de esta negación se restringe su acceso a medios anticonceptivos y a conocimientos y a prácticas sexuales seguras; b) la desigualdad, porque acorta sensiblemente el horizonte de opciones vitales para los/as más pobres, y con ello reduce el costo de la maternidad/paternidad temprana y, simultáneamente, eleva su valor como mecanismo para dotar de sentido a la vida” (2009:72).
Aquellos dos determinantes se enlazan en un contexto de mayor liberalidad sexual en la era de las tecnologías de la información, así como con otros factores estructurales como la inequidad de género, la violencia, las inequidades sociales y la pobreza. Los factores determinantes del embarazo adolescente podrían ser agrupados en tres campos:
1. Determinantes socio-económicos,
2. Determinantes contextuales,
3. Factores próximos
De modo que se trata de observar de manera amplia en qué contextos los adolescentes desarrollan sus vidas sexuales, los cuales influenciarán en sus percepciones, capacidad de agencia y sus proyectos de vida. Así, resultaría limitado juzgar el embarazo adolescente a partir solo de decisiones individuales.
De acuerdo a los estudios los efectos y consecuencias del embarazo y la maternidad adolescente son múltiples, por lo que en la actualidad es considerado un problema social. Se indica que afecta a la salud física y psicológica de la adolescente y del hijo/a, incluyendo las consecuencias de un aborto practicado de manera riesgosa. En el campo de lo social, la maternidad adolescente se presenta como un obstáculo para la escolaridad y para el acceso al trabajo de las jóvenes, y por lo tanto tendría consecuencias para la sociedad en sí misma, en tanto que sería un factor para la “reproducción de la pobreza”, o lo que se ha venido describiendo en los estudios como la reproducción del “círculo intergeneracional de la pobreza”.
Los desafíos y tareas asumidos por los gobiernos de la región en cuanto a la adolescencia y al embarazo en esa etapa de vida, se encuentran en los acuerdos de la Reunión Ordinaria de Ministras y Ministros de Salud o de Protección social del área Andina, que fue celebrada en Lima durante el 2007.
En cuanto a educación sexual, se señala como necesidad la implementación o profundización (según sea el caso) de una perspectiva integral y de calidad, reconociendo a los adolescentes como sujetos sexuales, cuyos padres y escuelas tienen un rol importante en proveer información y confianza. Se señala como una forma de prevención del embarazo adolescente, la participación activa de la escuela en la construcción de proyectos de vida de los/as adolescentes.
En el Perú se cuenta con el Plan Multisectorial para la prevención del Embarazo Adolescente 2012-2021 y el Plan Nacional de Acción para la Infancia y la Adolescencia, como dos instrumentos que buscan reducir la incidencia de los embarazos entre adolescentes . El primero de ellos indica que se basa en evidencia de estudios sobre lo que funciona y lo que no en el tema, privilegiando una concepción del adolescente como sujeto de derechos y de “programas que fortalecen las habilidades para la vida de los y las adolescentes” (pág. 10), reconociendo la necesidad de vencer barreras para que los/as adolescentes accedan a métodos anticonceptivos. Asimismo, se reconoce la utilidad de la educación sexual “basada en la escuela, la familia y el entorno” (pág. 10). De acuerdo al mismo documento los “mejores proveedores de información sobre sexualidad” serían los padres (cuando las relaciones intrafamiliares son positivas) y los pares.
Se reconoce que los programas de educación sexual basados en el fortalecimiento de habilidades –en vez de la promoción de abstinencia- es lo que funciona de acuerdo a la evidencia, sin embargo, el primer objetivo específico del Plan es el de postergar el inicio de la actividad sexual de los adolescentes a través de la educación sexual.