¿Qué hago si no sangro luego de usar miso?

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Esta es una de las preguntas más recurrentes que pueden presentarse cuando se realiza el proceso de interrupción, por eso hoy vamos a conversar un poco más sobre el sangrado durante un aborto.

¿Desde cuándo debo sangrar?

Es importante saber que cada cuerpo es diferente y por lo tanto tiene una reacción diferente al medicamento. Esto quiere decir que no hay un momento exacto en el que debas empezar a sangrar para decir si funcionó o no el proceso.

Algunas personas empiezan a sangrar desde la primera toma, como otras que no sangran hasta después de varias horas y eso es normal!!!!… Ya que el medicamento debe hacer efecto en el cuerpo y no siempre demora lo mismo.

El no sangrar desde la primera toma es normal, lo que normalmente si puede llegar desde la primera toma son los cólicos o dolores en el vientre bajo (la zona del útero), debido a que el misoprostol genera que el útero se contraiga para expulsar el contenido.

Estos dolores pueden ser similares a los que sientes con la menstruación, pero un poco más fuertes o dolorosos porque la intensidad con la que se dan estas contracciones es mayor.

 

¿Cuándo debo preocuparme?

Bueno, las personas que se han sometido a un proceso de aborto con medicamentos suelen empezar a ver sangrados pequeños entre las primeras tomas, pero como dijimos más arriba, es normal que este no se presente de inmediato.

El sangrado puede demorar en llegar incluso hasta 72 horas luego de la primera toma, porque, nuevamente lo decimos, cada cuerpo es diferente y su reacción también será diferente; incluso si has pasado por un proceso anterior, es posible que los procesos no sean iguales.

Por eso, es importante esperar a que llegue el sangrado y que este vaya incrementando con las horas, teniendo paciencia, a pesar que muchas veces la ansiedad nos puede ganar la batalla.

Conservar la calma nos podrá permitir ver otros síntomas o notar las sensaciones del proceso, para estar al tanto de los signos de alarma, los cuales son indicadores sobre ciertas cosas que no van del todo bien con el proceso.

 

¿Y si no sangro luego de 72 horas qué hago?

En caso no se presente el sangrado luego de las 72 horas se tiene la opción de volver a intentar el proceso, según indica la OMS (Organización Mundial de la Salud), por lo que siempre hay opciones posibles.

Pero antes de eso, es importante determinar el estado del proceso, ya que la ausencia de sangrado no siempre significa que el proceso no funcionó para nada y que el embarazo continúa con normalidad. Con esto nos referimos a que existen casos en los que el misoprostol no tiene ningún efecto y no interrumpe el embarazo, caso en el que se puede usar sin ningún problema el proceso nuevamente.

Pero también hay casos en los que el medicamento genera un aborto frustro, que se da cuando se detiene el desarrollo del embarazo, pero el cuerpo no puede expulsar los restos por si mismo. Lo que necesita un tratamiento diferente, que se puede hacer de forma legal en un hospital en Perú, como parte de la atención post aborto en el país.

¿Y por qué no sangre?

La verdad es que la efectividad del proceso depende de varios factores y no siempre es posible darle una causa única y específica a esta situación. Sabemos que puede ser frustrante e irritable no poder darle una causa precisa, pero aquí te dejamos algunos de los factores que afectan la efectividad del proceso.

  • La cantidad de semanas. La OMS (Organización Mundial de la Salud) es muy clara al decir que antes de la semana 6 el proceso no es efectivo, por más que a otras personas le haya funcionado; esto no es parte del procedimiento habitual y aunque se suela pensar que “antes es mejor”, debes saber que una persona embarazada antes de las 6  semanas no tiene los receptores necesarios para que el mis haga efecto. Y luego de las 12 semanas sucede algo similar, la administración y forma de usarlo es diferente, por lo que eso también puede ser un factor.
  • Combinar vías. Ya sea que decidas usar la vía sublingual o vaginal es importante que sepas que las vías NO se combinan, esto reduce la efectividad del proceso.
  • Uso Vaginal. Se dice que la vía vaginal es mejor porque “llega” más rápido, pero esto tiene sus vacíos, ya que la vía vaginal requiere una administración especial, que no siempre es fácil de conseguir sola/o/x o si no tienes conocimientos sobre cómo colocarlas también puede fallar, porque deben ser introducidas hasta el cuello uterino, no dejarlas en la vulva o la cavidad vaginal como muchas veces se hace.
  • La cantidad de pastillas. Muchas veces se cree que porque a una persona le funcionó usar 5 a mí también me va a funcionar, cuando no es así. La OMS indica que al cantidad de pastillas a usarse es de 12, esto para que el proceso sea efectivo y se logre expulsar todo el contenido del útero. Usar menos medicamento puede ocasionar un aborto incompleto.

¿Qué hago entonces?

Bueno, en caso de un aborto incompleto, frustro o que no haya funcionado, lo primero que se debe hacer es tomar una ecografía transvaginal, para saber el estado del proceso y en base a eso saber cómo proceder.

Para el tratamiento por aborto incompleto hay dos opciones:

1. Hacer una limpieza quirúrgica. Existen dos tipos actualmente y ambas son seguras: el legrado y el AMEU (aspiración manual endouterina), pero lo más recomendable y actualizado es el AMEU, que es una aspiración de los restos para evitar una infección. Esto se realiza en un hospital o clínica de manera segura y legal, porque la atención por aborto incompleto es un derecho. Si tienes la posibilidad de pagarlo puede ser de manera privada en una clínica, pero también puedes recurrir a tu seguro médico del trabajo o el que tengas.

2. Otra opción que toman las mujeres con menos recursos es un tratamiento con misoprostol, que también está dentro del protocolo de atención a abortos incompletos, pero que requerirá otra ecografía de control y evaluación médica luego de usarlo. La dosis es 3 pastillas, las cuales las toman todas juntas en una sola ocasión con un vaso de agua. Su efecto es dilatar nuevamente el cuello del útero y ayudar a eliminar los restos que quedan en el útero.

 

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